Selección Colombia inició en Cochabamba su estrategia para el duelo ante Bolivia en El Alto

Crioterapia y otros métodos utilizará el cuerpo técnico de la Selección que llegó a Cochabamba desde el viernes.

El ambiente en la Selección Colombia es inmejorable. Néstor Lorenzo, con su liderazgo, logró consolidar una familia. Entre todos los futbolistas hay cierta complicidad. No importa si son jóvenes o veteranos: se celebran los logros como si fueran propios.

Jhon Jáder Durán publicó una foto de la celebración del gol con el que Aston Villa venció 1-0 a Bayern Múnich en Champions League la semana que termina, y los comentarios de sus compañeros del equipo nacional no se hicieron esperar.

“Qué rico mor”, le escribió el volante antioqueño Kevin Castaño. “Me encanta”, agregó Johan Mojica. Un emoji de impresión, acompañado de uno de enamorado, fue el aporte de Juan Camilo “El Cucho” Hernández. Sí, con esa unidad llegaron los futbolistas del cuadro Tricolor a la concentración en Cochabamba, primera escala antes del partido contra Bolivia.

El cuerpo técnico del seleccionado nacional eligió esa ciudad, que queda a 2.558 metros sobre el nivel del mar (un poco menos de los 2.600 de Bogotá), para que los jugadores hicieran el proceso de adaptación a la tan “temida altura” boliviana.

El elenco Tricolor enfrentará el jueves, desde las 3:00 p.m., al equipo verde en el estadio Municipal de El Alto, ubicado a 4.095 metros. Ese escenario es el que está a mayor altura sobre el nivel del mar que cuenta con la aprobación de la Conmebol para disputar partidos de torneos internacionales. Sin embargo, no es el de la altitud más protuberante en el que se ha disputado un duelo en Suramérica. Ese puesto lo ostenta el estadio Daniel Alcides Carrión de la ciudad peruana de Cerro de Pasco, ubicada a 4.378 metros en el que juega el equipo Unión Minas.

Un reto y respuesta “de altura”

Jugar en El Alto es complicado. La dificultad mayor es que, como baja la presión atmosférica del aire, se dificulta más que el oxígeno llegue hasta la sangre. Eso lleva a que el futbolista se sienta mareado. También hace que sus movimientos sean un poco más lentos que de costumbre. Así se lo relató a este diario un jugador del DIM que enfrentó este año a Always Ready por la Copa Sudamericana.

Para evitar que el mal de altura golpee duro a los equipos hay dos estrategias. Una: que los futbolistas lleguen con días de anticipación para acoplarse. Dos: que el equipo visitante viaje a El Alto pocas horas antes del partido.

La Selección Colombia aplica ambas. Por un lado tendrá el grupo completo a más tardar el lunes (cuatro días antes del juego), después de que los convocados actúen con sus clubes. Por el otro, llegará a la sede del encuentro el mismo 10 de octubre: un vuelo entre Cochabamba y El Alto se demora entre 30 y 45 minutos.

Sin embargo, el médico deportólogo José Fernando Arango dijo que la estrategia no es funcional. Manifestó que para que el cuerpo de una persona se logre adaptar de buena manera a la altura debe entrenar en la zona entre tres y cuatro semanas.

Agregó que no hay medicamentos, ni sustancias mágicas como los “té de coca”, que sirvan para amainar la situación. Pensando en eso, fue que el técnico Néstor Lorenzo encontró una solución: convocó a varios futbolistas que juegan en ciudades de altura en Latinoamérica.

El extremo Nelson Deossa y el defensa central Willer Ditta, las dos grandes novedades de los elegidos por el profe Lorenzo, juegan en clubes de México. El primero pertenece al Pachuca, cuadro que hace las veces de local a 2.432 metros sobre el nivel del mar. Ese factor, sumado al buen rendimiento que ha mostrado el deportista en los últimos meses, llevó a que lo convocaran por primera vez al seleccionado de mayores.

El segundo, por su parte, pertenece a Cruz Azúl, que juega como local en Ciudad de México, urbe ubicada a 2.240 metros sobre el nivel del mar. El defensor nacido en La Jagua de Ibirico, Cesar, ya ha estado concentrado con la Selección. Hizo parte de los elegidos para el partido contra Ecuador en Quito de octubre de 2023. Pero esta vez ingresó a la lista de convocados para suplir la ausencia de Carlos Cuesta y Yerson Mosquera, quienes están lesionados.

Álvaro Montero, que entrena en Bogotá y Kevin Mier, que lo hace en Ciudad de México, son los otros jugadores “de altura” en el plantel.

El reto para ellos es encajar en la familia que, con su buen liderazgo, armó el profe Lorenzo y que tuvo su “punto más alto” en la Copa América 2024, torneo en el que fueron finalistas. Ahora, en los partidos que restan de este año en las eliminatorias, la Tricolor buscará sumar la mayor cantidad de puntos para asegura un cupo en el Mundial de Norteamérica, según manifestó Daniel Muñoz. Todo está dado.

El ambiente en la Selección Colombia es inmejorable. Néstor Lorenzo, con su liderazgo, logró consolidar una familia. Entre todos los futbolistas hay cierta complicidad. No importa si son jóvenes o veteranos: se celebran los logros como si fueran propios.

Jhon Jáder Durán publicó una foto de la celebración del gol con el que Aston Villa venció 1-0 a Bayern Múnich en Champions League la semana que termina, y los comentarios de sus compañeros del equipo nacional no se hicieron esperar.

“Qué rico mor”, le escribió el volante antioqueño Kevin Castaño. “Me encanta”, agregó Johan Mojica. Un emoji de impresión, acompañado de uno de enamorado, fue el aporte de Juan Camilo “El Cucho” Hernández. Sí, con esa unidad llegaron los futbolistas del cuadro Tricolor a la concentración en Cochabamba, primera escala antes del partido contra Bolivia.

l cuerpo técnico del seleccionado nacional eligió esa ciudad, que queda a 2.558 metros sobre el nivel del mar (un poco menos de los 2.600 de Bogotá), para que los jugadores hicieran el proceso de adaptación a la tan “temida altura” boliviana.

El elenco Tricolor enfrentará el jueves, desde las 3:00 p.m., al equipo verde en el estadio Municipal de El Alto, ubicado a 4.095 metros. Ese escenario es el que está a mayor altura sobre el nivel del mar que cuenta con la aprobación de la Conmebol para disputar partidos de torneos internacionales. Sin embargo, no es el de la altitud más protuberante en el que se ha disputado un duelo en Suramérica. Ese puesto lo ostenta el estadio Daniel Alcides Carrión de la ciudad peruana de Cerro de Pasco, ubicada a 4.378 metros en el que juega el equipo Unión Minas.

Un reto y respuesta “de altura”

Jugar en El Alto es complicado. La dificultad mayor es que, como baja la presión atmosférica del aire, se dificulta más que el oxígeno llegue hasta la sangre. Eso lleva a que el futbolista se sienta mareado. También hace que sus movimientos sean un poco más lentos que de costumbre. Así se lo relató a este diario un jugador del DIM que enfrentó este año a Always Ready por la Copa Sudamericana.

Para evitar que el mal de altura golpee duro a los equipos hay dos estrategias. Una: que los futbolistas lleguen con días de anticipación para acoplarse. Dos: que el equipo visitante viaje a El Alto pocas horas antes del partido.

La Selección Colombia aplica ambas. Por un lado, tendrá el grupo completo a más tardar el lunes (cuatro días antes del juego), después de que los convocados actúen con sus clubes. Por el otro, llegará a la sede del encuentro el mismo 10 de octubre: un vuelo entre Cochabamba y El Alto se demora entre 30 y 45 minutos.

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